Hacer una revisión exhaustiva de la historia de la mujer en el mundo podría tardar incontables horas. Desde Cleopatra, pasando por Anne Boleyn, Madame Pompadour, Marie Curie, Valentina Tereshkova, entre otras...nos encontramos con las más prístinas y variopintas historias de personajes cuyas obras, aciertos y errores configuran un perfil histórico, social y político que dista mucho de aquel que intentan enarbolar las feministas radicales de la tercera ola que pululan en las calles de nuestro occidente, exhibiendo una irascible personalidad, que para colmo de males, se obstina en tratar de ajustar una concepción de mujer y de universo que bajo ninguna lógica se sustenta en un mundo cada vez más feble.
¿En qué quedamos?
Si hay una característica que se destaca en la revisión histórica de la lucha que muchas mujeres dieron en el pasado, es la búsqueda de la independencia y libertad verdadera. Por lo anterior nos referimos a aquella libertad que, además de abarcar la valentía de ser uno mismo, también implicaba asumir la responsabilidad de serlo y enfrentar los costos a pagar por las decisiones tomadas.
Dadas estas circunstancias, no deja de llamar la atención que hoy, con majadera insistencia, veamos mujeres deseosas de buscar el manto del estado y ávidas de lograr a cualquier costo que el carril de la sociedad se ajuste en los rieles que ellas aspiran a instalar en la discusión pública. Dichos rieles incluyen el parafraseo de consignas que apuntan a la independencia y una especie de nuevo trato hacia la mujer, pero además, demandan un trato especial y deferente de parte del estado, ya sea a través de ley de cuotas, inter-seccionalidad en las empresas, establecimiento de criterios emocionales a asuntos económicos de competitividad laboral, entre otros. ¿En qué quedamos entonces? ¿Queremos mujeres más empoderadas o queremos mujeres dependientes? ¿Queremos mujeres que sientan orgullo de valerse por sí mismas, o queremos mujeres que pasen el resto de su vida dependiendo de un algo o alguien a lo cual reclamar o protestarle algo ad eternum?
Involución
No conformes con todo aquello, se han encargado de tratar de invadir otros espacios de discusión que, como señalara una columnista, llegan a poner en tela de juicio lo obvio, como por ejemplo, que hombres y mujeres somos distintos, que tenemos capacidades y habilidades distintas, intereses distintos, aptitudes diferentes, ambiciones distintas, etc. Dónde radica entonces el motor de una corriente de pensamiento tan absurda, que aspira a sacar a los hombres de diversos espacios sólo por el hecho de incluir más mujeres y dejar todo a nivel parejo? Cuál es la idea de exhibir parte del cuerpo teniendo plena conciencia de la no efectividad que ello produce en la toma de decisiones que corrijan las cosas que haya que corregir? Qué hace pensar a estas personas que buscar la protección del agente más opresor de todos, o sea, el estado, significa evolucionar hacia el bien estar de las mujeres?
Pretender forzar a una población a pensar de cierta manera, a configurarse bajo ciertos paradigmas, a caminar hacia una corriente de pensamiento que viendo fracasada su magna fundamentación filosófica se oculta bajo nuevas aristas, no es más que el claro ejemplo de involución mental que caracteriza a quienes buscan e intentan hurgar en las más profundas de sus contradicciones. Así mismo, se desnudan los marasmos intelectuales que rondan en su cabeza como el tratar de penalizar asuntos impersonales y abiertamente subjetivos. Estos se desencadenan en contradicciones tan básicas como la super posición de un sexo sobre otro, hasta asuntos un poco más complejos como la disputa semántica de la discusión. Así, se habla de patriarcado, eliminar piropos, imponer una educación no sexista -vaya contradicción en un campo donde cada vez hay y se destacan más mujeres- u obligar a otros a contradecir o luchar contra sus más fundamentales reacciones. Biología y razón versus subjetividad humana de dudoso rango.
¿Oasis?
"No existe un agente autónomo con intereses llamado sociedad. Esto es una imposibilidad lógica."
Algo que no se ha visto, no se ve y jamás se verá es una especie de ente que sea fruto de la conformación de todos los individuos de una comunidad determinada en pos de la obtención de un asunto en particular. Prueba de ello es que ante este fenómeno mal llamado "feminismo" y cuyo verdadero rostro recibe el nombre de "hembrismo" resuenan disidencias que sobre la base de datos objetivos, hechos y evidencias logran desenmascarar esta clase de estados colérico-mentales. Ante la efervescencia, datos, ante la ofuscación, evidencias, ante los tetazos -que es la forma denominada para manifestaciones exhibicionistas en Argentina- razonamiento...y ante la tontera de equiparar argumentos insostenibles...análisis...para el análisis...lectura, cosa para la cual según una reconocida líder feminista de la Argentina, no tienen tiempo.
¿En qué quedamos?
Si hay una característica que se destaca en la revisión histórica de la lucha que muchas mujeres dieron en el pasado, es la búsqueda de la independencia y libertad verdadera. Por lo anterior nos referimos a aquella libertad que, además de abarcar la valentía de ser uno mismo, también implicaba asumir la responsabilidad de serlo y enfrentar los costos a pagar por las decisiones tomadas.
Dadas estas circunstancias, no deja de llamar la atención que hoy, con majadera insistencia, veamos mujeres deseosas de buscar el manto del estado y ávidas de lograr a cualquier costo que el carril de la sociedad se ajuste en los rieles que ellas aspiran a instalar en la discusión pública. Dichos rieles incluyen el parafraseo de consignas que apuntan a la independencia y una especie de nuevo trato hacia la mujer, pero además, demandan un trato especial y deferente de parte del estado, ya sea a través de ley de cuotas, inter-seccionalidad en las empresas, establecimiento de criterios emocionales a asuntos económicos de competitividad laboral, entre otros. ¿En qué quedamos entonces? ¿Queremos mujeres más empoderadas o queremos mujeres dependientes? ¿Queremos mujeres que sientan orgullo de valerse por sí mismas, o queremos mujeres que pasen el resto de su vida dependiendo de un algo o alguien a lo cual reclamar o protestarle algo ad eternum?
Involución
No conformes con todo aquello, se han encargado de tratar de invadir otros espacios de discusión que, como señalara una columnista, llegan a poner en tela de juicio lo obvio, como por ejemplo, que hombres y mujeres somos distintos, que tenemos capacidades y habilidades distintas, intereses distintos, aptitudes diferentes, ambiciones distintas, etc. Dónde radica entonces el motor de una corriente de pensamiento tan absurda, que aspira a sacar a los hombres de diversos espacios sólo por el hecho de incluir más mujeres y dejar todo a nivel parejo? Cuál es la idea de exhibir parte del cuerpo teniendo plena conciencia de la no efectividad que ello produce en la toma de decisiones que corrijan las cosas que haya que corregir? Qué hace pensar a estas personas que buscar la protección del agente más opresor de todos, o sea, el estado, significa evolucionar hacia el bien estar de las mujeres?
Pretender forzar a una población a pensar de cierta manera, a configurarse bajo ciertos paradigmas, a caminar hacia una corriente de pensamiento que viendo fracasada su magna fundamentación filosófica se oculta bajo nuevas aristas, no es más que el claro ejemplo de involución mental que caracteriza a quienes buscan e intentan hurgar en las más profundas de sus contradicciones. Así mismo, se desnudan los marasmos intelectuales que rondan en su cabeza como el tratar de penalizar asuntos impersonales y abiertamente subjetivos. Estos se desencadenan en contradicciones tan básicas como la super posición de un sexo sobre otro, hasta asuntos un poco más complejos como la disputa semántica de la discusión. Así, se habla de patriarcado, eliminar piropos, imponer una educación no sexista -vaya contradicción en un campo donde cada vez hay y se destacan más mujeres- u obligar a otros a contradecir o luchar contra sus más fundamentales reacciones. Biología y razón versus subjetividad humana de dudoso rango.
¿Oasis?
"No existe un agente autónomo con intereses llamado sociedad. Esto es una imposibilidad lógica."
Algo que no se ha visto, no se ve y jamás se verá es una especie de ente que sea fruto de la conformación de todos los individuos de una comunidad determinada en pos de la obtención de un asunto en particular. Prueba de ello es que ante este fenómeno mal llamado "feminismo" y cuyo verdadero rostro recibe el nombre de "hembrismo" resuenan disidencias que sobre la base de datos objetivos, hechos y evidencias logran desenmascarar esta clase de estados colérico-mentales. Ante la efervescencia, datos, ante la ofuscación, evidencias, ante los tetazos -que es la forma denominada para manifestaciones exhibicionistas en Argentina- razonamiento...y ante la tontera de equiparar argumentos insostenibles...análisis...para el análisis...lectura, cosa para la cual según una reconocida líder feminista de la Argentina, no tienen tiempo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAcertadísima columna; vale decir que comparto fervientemente el punto del acoso callejero y laboral que ellas han hecho ver en las Universidades, sin embargo ésta lucha se presta para acciones políticas y confusiones gigantes, creando una brecha cada vez mayor y poniendo al hombre como opresor digno de Ivan el terrible.
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