Si tuviéramos que asimilar lo ocurrido en los últimos siete años en Chile a algún fenómeno de la naturaleza no habría lugar a dudas que todo se ha tratado de un torbellino. Las feroces revueltas del clima mental del populo han desnudado un golpe de timón que, de llevarnos por una senda con tropiezos a una cierta estabilidad social, económica y política, cambió sus directrices. Hoy, no pocos vociferan su amarga preocupación por lo que consideran una errática senda tomada por nuestro país a un clima general cuyos principales exponentes son la hostilidad, el odio, y el resentimiento. Como alternativa, no se alzan ni los más prístinos retazos de algún elemento que pudiera, siquiera, aletargar dicha preocupación El problema mayor, sin embargo, es la extrapolación de cetros sobre los cuales se desplazan los dirigentes políticos y sociales que pululan en el Chile de hoy. Ello se ha gestado a través de todos los tiempos, y en nuestros días no será la excepción. Si algo caracteriza a qui...
Pensar libremente es cultivar una mente libre...